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Cuando se habla del Autodromo Nazionale di Monza de inmediato se asocia con las más altas velocidades de la temporada. Ayer Nick Chester, director técnico de Lotus, se aventuró a indicar que en el próximo Gran Premio de Italia se podrían alcanzar los 360 kph. Pero…¿ Y los frenos? Referirse a potencia desmedida también implica un sistema de frenos que esté a su altura. ¿Cuántas humaredas, producto de frenazos extremos, y neumáticos deshechos se observarán en Monza este año?

El circuito italiano castiga los frenos como ninguno. Solo hay que analizar el hecho de que en la recta de salida se puede llegar a los 350 kph, pero, para tomar la primera curva hay que bajar hasta los 70 kph, descenso que deberá alcanzar el piloto en tres segundos, tomando como referencia unos 139 metros de distancia.Si se multiplica por el número de vueltas se cae en cuenta de una fracción del castigo al que serán sometidos los sistemas de frenado. Sin duda, la potencia de los propulsores es prioridad para correr Monza, pero si los frenos no son capaces de soportar el calvario, todo estará perdido.

Vía | speedweek

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