Jenson Button 2014 Hungaroring

A veces la Fórmula 1 es caprichosa. De hecho, el destino suele ser caprichoso en general pero la Fórmula 1 deja ver ejemplos de este tipo muy a menudo. McLaren ha sido hoy víctima de esta situación cuando un riesgo tomado con la estrategia les hacía caer de una situación de héroes gloriosos a derrotados del día. Quien no arriesga no gana, pero en ocasiones el riesgo puede ser demasiado alto y McLaren ha pagado el precio de intentar algo distinto en un día complicado.

La carrera de hoy había empezado con la pista mojada pero sin lluvia manteniéndola en ese estado. Lógicamente, tras pocas vueltas los pilotos emnpezarían a pasar por el carril de boxes para cambiar neumáticos. Pero el coche de seguridad que salió tras el accidente de Marcus Ericsson forzó a los equipos a tomar una decisión algo más pronto de lo esperado. La gran mayoría de pilotos optaron por montar neumáticos lisos pero en McLaren fueron la excepción.

La excepción del equipo de Woking ha tenido dos formas distintas. Jenson Button estaba entre los primeros pilotos en pasar por el carril de boxes pero para sorpresa general, el coche número 22 montó neumáticos intermedios, los mismos que había llevado en el primer stint. El británico volvía a pista y tras todas las paradas era segundo. Su situación en pista era poco menos que ideal, solo por detrás de Daniel Ricciardo. Por su parte, Kevin Magnussen, que salía desde el pit-lane, era quinto sin haber parado y por lo tanto manteniendo los neumáticos intermedios de la salida.

Desde el pit wall de McLaren, les informaban a sus pilotos de la posibilidad de lluvia. Esperaban que lloviera pronto y por ello aguantaron a Magnussen en pista y calzaron a Button con «zapatos nuevos» para intentar sentenciar la carrera. Nada más irse el coche de seguridad, Jenson Button trazaba las primeras curvas y adelantaba a Ricciardo. Parecía un sueño. En el escenario de su primera victoria, en el fin de semana en el que su difunto padre habría cumplido años y con el casco rosa en su homenaje, Button lideraba una carrera de forma genuina.

Por detrás, Magnussen se situaba en cuarta posición y por un momento los demás pilotos llegaron a temer lo peor. Los McLaren estaban virtualmente una parada por delante y con los neumáticos adecuados. Podría haber sido un final de cuento de hadas pero había que volver a la realidad. El temido mensaje de radio era conciso al avisarle a Button de que no esperaban ya la lluvia y que había que parar para montar neumáticos de seco. Veinte segundos perdidos para ambos coches y una mala situación en pista que les perjudicó durante lo que quedaba de carrera, que era mucho.

El McLaren no tenía hoy el ritmo para obtener un gran resultado y se ha visto, pero la carrera de ambos pilotos ha sido decepcionante tras montar los neumáticos lisos. Jenson Button ha tenido que pelear duro y aprovecharse de los varios problemas sufridos por los Force India para llegar a la décima posición final. Un punto que no es representativo del riesgo tomado por un equipo que pudo haber conseguido mucho más. En cuanto a Magnussen, su carrera ha sido parecida aunque incluso con menor recompensa; duodécimo y sin puntos.

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