Jack Brabham

Sir Jack Brabham. Taciturno, de perfil bajo y muy trabajador. Un hombre a quien no le gustaban las multitudes pero que recibió con ganas el cariño y afecto de los aficionados australianos y de todo el mundo cuando pasó de ser en un mecánico anónimo de la RAAF (Royal Australian Air Force) a convertirse en un triple campeón del mundo de Fórmula 1. El segundo en llegar a esta mágica cifra después de Juan Manuel Fangio y un hombre de leyenda.

Pero si Brabham fue aún más leyenda, eso es también gracias a su contribución a la categoría reina con uno de los equipos más importantes de la historia. Se trata del equipo que llevaba su nombre; Brabham Racing Organisation. «Black Jack» (mote ganado en sus tiempos mozos) fundó este equipo a principios de los años 60 y a día de hoy es uno de los tres pilotos en ganar un gran premio de Fórmula 1 con su propio coche y el único en convertirse en campeón del mundo con él.

Nacido en Hurstville en 1926, cerca de Sydney, Jack Brabham vivió sus primeros años lejos del mundo de la competición del motor y no fue hasta 1948 cuando se produjo su debut en las carreras de los llamados «Speedcar» en Australia. El coche se había construido exprésamente para estas competiciones (esencialmente carreras de «midgets» en óvalos de tierra) junto con un amigo que era el piloto designado pero la mujer de este último le pidió retirarse y sin nadie para competir, Brabham aceptó el desafío.

Jack Brabham Midget

Inicialmente, Brabham no mostró demasiado interés en las carreras ya que «creía que los pilotos eran todos unos lunáticos». A pesar de ello, ganó en su tercera aparición y se proclamó campeón australiano en varias ocasiones, demostrando su talento y empezando a enamorarse del «mundillo». Después de usar el coche en carreras de montaña se empezó a interesar en los circuitos y llegó a competir también en varias carreras de índole nacional. Fue durante ese tiempo, que demostró que sus ideas esaban adelantadas a su tiempo.

En este caso fue más una cuestión comercial que técnica ya que pintó el lateral de su Cooper-Bristol con los colores de la Redex, compañía de aditivos para el carburante que le apoyaba económicamente para competir. ¡Estamos hablando de principios de los años 50! Curiosamente, la Confederación Australiana de Automovilismo prohibió tal movimiento por ser demasiado comercial. Tras varios éxitos y después de ver su talento en el Gran Premio de Nueva Zelanda de 1954, el entonces presidente del RAC británico, Dean Delamont, le convenció para competir en Europa.

El de 1955 tenía que ser un año clave. Serviría para determinar si podía convertirse en un piloto de clase mundial o no. Tras su llegada a Inglaterra, acabó consiguiendo un trabajo como conductor del camión de transporte de los coches de carreras de Cooper y eso le permitió estar cerca de la acción e incluso disputar el Gran Premio de Gran Bretaña con un Cooper-Bristol. El monoplaza tenía un motor pequeño y era lento y al final ni siquiera terminó la carrera por problemas en el motor. Pero Jack Brabham había metido el pie en la Fórmula 1, aunque fuera con 29 años.

Jack Brabham Reims 1960

Después del debut, compitió con el coche en el Gran Premio de Australia (no era una carrera de Fórmula 1 entonces) en el que ganó. Subsecuentemente, vendió el coche para financiar su mudanza a Inglaterra, donde se quedó a vivir a partir de 1956. Esa temporada compitió en el Gran Premio de Gran Bretaña de nuevo, esta vez con un Maserati 250F de su propiedad aunque tampoco completó la carrera. En 1957 pasó a disputar la temporada de forma parcial con Cooper pero no llegó a puntuar. Durante esa época compitió también en Fórmula 2 y en resistencia.

Los primeros puntos en la Fórmula 1 llegaron en Mónaco en 1958. Había sido a pesar de todo un espejismo y las demás carreras no dieron más alegrías. Pero en 1959 todo cambió. Con un motor de 2500 centímetros cúbicos en lugar de los 2000 de hasta el momento, el Cooper pasaba a tener la potencia necesaria para aplicar su idea del motor trasero y después de varias luchas y siempre compitiendo de manera más inteligente que espectacular, Jack Brabham se proclamó campeón del mundo. Fue el primero de dos títulos con Cooper, ya que en 1960 repitió.

Más Jack Brabham tenía otras ideas para el futuro. Gracias a su buena relación con John Cooper, pudo quedarse en el equipo a pesar de que durante 1960 y 1961 ya preparaba su siguiente movimiento. Mientras tanto, también participó en las 500 millas de Indianápolis, donde con un coche mucho menos potente pero más manejable llegó a rodar en tercera posición, motivando el cambio de mentalidad en Estados Unidos. Pero el mayor cambio sería el del propio Brabham, que había fundado la Motor Racing Developments, que construiría coches para Brabham Racing Organisation, equipo para el que competiría en 1962.

Jack Brabham 1966 Zandvoort

Los éxitos tardaron en llegar para el equipo Brabham pero si en 1962 lo mejor eran dos cuartos puestos, en 1963 llegaban ya los primeros podios y en 1964 Dan Gurney se encargó de darle a su patrón las dos primeras grandes alegrías en los grandes premios de Francia y México. Fue entonces, durante 1965, que Brabham empezó a plantearse la retirada para dejar su sitio a Gurney y centrarse en la dirección del equipo. Pero, caprichos del destino, Dan Gurney se convertía en el segundo compañero de Brabham que, inspirado por su gesta, intentaba lo mismo.

Gurney empezaría en 1966 el proyecto Eagle/AAR mientras que Bruce McLaren, también ex-compañero de Brabham (en este caso, de la época Cooper) llevaba un tiempo ya trabajando en su equipo, que también debutaría en 1966. Sin pilotos suficientemente competitivos, Brabham se quedó. El tiempo dio la razón a esta decisión ya que ese año obtendría su tercer título gracias al enfoque inteligente del desarrollo del coche con la nueva normativa de motores de 3000 centímetros cúbicos. La Fórmula 1 vivía un gran cambio y la mayoría de motores de las marcas no estaban listos.

Además, estos motores eran en su mayor parte de muchos cilindros, pesados y complejos. Brabham se buscó la vida hablando con Repco y convenciéndoles de fabricar un motor que utilizaría un viejo bloque Oldsmobile y piezas en su gran mayoría ya existentes. Sería barato y fácil de fabricar, además de ligero y lo más importante, fiable. Claro que le faltaría potencia pero lo demás estaba allí y eso fue suficiente para ganar el título de constructores y el de pilotos con Brabham. Incluso en 1967 se repitió el éxito aunque el hombre campeón fue esta vez Denny Hulme.

Jack Brabham Mónaco 1970

Pero la Fórmula 1 es cíclica y tras dos años con cuatro victorias por temporada y todos los títulos en casa, la de 1968 fue una temporada desastrosa. El equipo tuvo muchísimos abandonos y Jack Brabham solo consiguió dos puntos fruto de un quinto puesto en Alemania. Había que darle la vuelta a la tortilla y el Repco V8 ya no era un motor suficientemente bueno para competir contra el formidable Ford Cosworth, que el equipo adoptó en 1969, año que debía ser mejor. Y lo fue, con Jacky Ickx como el «mejor de los demás». Subcampeón con dos victorias pero a un mundo de Jackie Stewart.

En cuanto a Jack Brabham, sufrió un accidente durante unas pruebas y se lesionó el pie. Esto le hizo perderse tres carreras pero volvió en buena forma y se subió al podio un par de veces más… pero también le prometió a su mujer que se retiraría tras terminar el año. Y lo habría hecho, de no haberle resultado imposible encontrar a un piloto que le convenciera. Esto causó que Brabham estuviera en 1970 aún en pista. Empezó a lo grande con una victoria en Kyalami, seguida de una pole (aunque con retirada) en el Jarama y un segundo puesto en Mónaco tras cometer un error en la última curva.

Más adelante aún se subiría al podio en un par de ocasiones aunque pudieron haber sido más de no ser por la mala suerte sufrida en algunas carreras. Finalmente, empató con el campeón en título, Jackie Stewart, por la quinta posición en la clasificación general. La Fórmula 1 para él había terminado pero aún le quedaba una última carrera a nivel profesional ya que disputó el mundial de resistencia con el equipo oficial Matra. Esta última carrera fue el broche de oro para Brabham ya que se impuso en los 1000km de París y pudo volverse de nuevo a Australia en paz.

Nelson Piquet Mónaco 1983 Brabham-BMW

Desde allí gestionó Judd, compañía que fundó con John Judd, y disfrutó de la vida tranquila y pacífica de su país, solo ocasionalmente apareciendo por algún lugar relacionado con el mundo del automovilismo. Un circuito, un evento o simplemente algo de diversión. Aunque la entonces mujer de Brabham no quería que sus hijos tuvieran nada que ver con las carreras, al final los genes hicieron su trabajo y los tres compitieron al más alto nivel aunque solo dos (o uno si no contamos las presencia casi testimonial de Gary Brabham con Life sin llegar a clasificarse jamás) llegaron a la Fórmula 1. Dos de sus nietos, Matthew y Sam, están ahora mismo empezando sus carreras deportivas en monoplazas.

En cuanto al equipo Brabham, siguió compitiendo incluso sin la presencia de su creador y primer propietario, además con bastante éxito. Seguramente, el mejor momento del equipo llegó de hecho con la presencia de Bernie Ecclestone. Con el británico al timón, Brabham ganó dos títulos de pilotos en 1981 y 1983 y fue un equipo regular en la zona alta. Las victorias fueron llegando hasta el último triunfo en Paul Ricard en 1985, con Nelson Piquet al volante. Tras un 1988 «de descanso», Brabham se unió con Judd para tres de sus últimas cuatro temporadas, cumpliendo además un hito curioso con David Brabham, único piloto en la historia de la Fórmula 1 en competir con un coche del equipo fundado por su padre.

Jack Brabham siguió siendo una personalidad común en eventos australianos e incluso en lugares como Goodwood y otras exibiciones, donde pilotaba sus coches hasta hace apenas una década. Un hombre que se convirtió en 1978 en el primer piloto de Fórmula 1 en recibir el título de «Sir». Tan querido en su patria que hasta un suburbio de Perth lleva el nombre de «Brabham». Como querido en todas partes del mundo, ya fuera por su genuina personalidad o por su gran aportación al mundo del automovilismo y en particular a la Fórmula 1. Un brindis en honor a «Black Jack», leyenda de la Fórmula 1.

Jack Brabham

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