Ya lo dijo Pedro de la Rosa durante la retransmisión del Gran Premio de Austria. Williams salió a pista con una estrategia que parecía tal que no se veía con posibilidades de luchar por la victoria. Lewis Hamilton hizo una pésima calificación debido a dos errores, pero superaron en pista a Nico Rosberg.
Aunque había signos evidentes de que sufrían un problema de degradación en los neumáticos debido a su baja carga aerodinámica, esto también les proporcionaba la mayor velocidad punta de todos los monoplazas. Con esta perspectiva, parecía factible luchar de tu a tu con los Mercedes o al menos, ponérselo algo difícil.
Incluso conservaron sus posiciones en la salida, con un Valtteri Bottas que demostró de forma valiente que quería luchar, devolviéndole el adelantamiento por pura velocidad punta. Pero en la primera parada en boxes mostraron sus cartas de forma clara, casi dando por perdida la lucha por la victoria.
De nuevo me remito a las palabras de Pedro de la Rosa, donde indicaba que con dos coches, uno en primera y otro en segunda posición, la estrategia lógica es utilizar uno para cubrir la del adversario y como mucho, arriesgar con otro. Sin embargo, ni cubrieron la entrada a boxes de los Mercedes ni en la primera ni en la segunda parada.
El resultado fue la pérdida del liderato que mantenía Felipe Massa en favor de Nico Rosberg, y posteriormente la segunda posición de Valtteri Bottas que se adjudicó Lewis Hamilton. Y leyendo las declaraciones de Felipe Massa, ni él tiene clara la estrategia:
Parar primero y volver a pista en cuarta posición es un poco decepcionante, pero así son las carreras.
Ante todo, políticamente correcto… como el silencio de Fernando Alonso.
En Motorpasión F1 | GP Australia
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